BMW EfficientDynamics: Detalles acerca de los métodos de medición del consumo de combustible y las emisiones de CO2, así como acerca de la tecnología diésel.

La UE y muchos otros países de todo el mundo se han comprometido a reducir significativamente el gas de efecto invernadero CO2. El motor diésel desempeña un papel importante en la consecución de este objetivo climático, ya que los vehículos diésel pueden presentar un buen balance de CO2 debido a su menor consumo. Por ejemplo, un diésel que cumple la norma europea Euro 6 produce alrededor de un 15% menos de CO2 que un motor de gasolina comparable. En este contexto, los turismos diésel han ahorrado unas 1.000.000.000 de toneladas de CO2 en Europa en los últimos 20 años. Y gracias a los filtros de partículas, que ya se incorporan de serie en BMW desde 2006, la proporción de vehículos diésel en emisiones de partículas finas relacionadas con el motor ya no es relevante.

Las partículas finas son todos aquellos sólidos distribuidos en el aire. Las fuentes naturales son la erosión, el polvo volátil, las erupciones volcánicas, pero también el polen. Las fuentes de origen humano son, además del transporte por carretera, el transporte aéreo y marítimo y la industria. Alrededor del 20% de la producción de partículas finas procede de los automóviles, menos por los gases de escape que por la abrasión de los neumáticos y las turbulencias. Gracias al filtro de partículas integrado de serie en BMW Group desde 2006, nuestros vehículos ya no producen casi ninguna emisión motora de partículas finas.

El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero producido, por ejemplo, por la combustión del carbón, el gasóleo, la gasolina, el gas natural o la madera. En la naturaleza juega un papel importante en el metabolismo de muchos seres vivos y plantas. Sin embargo, el CO2 también contribuye significativamente al efecto invernadero y, por lo tanto, al cambio climático. En la UE, el transporte es responsable de casi el 30% de las emisiones totales de CO2, de las cuales el transporte por carretera representa el 72%. Sin el diésel, que emite menos CO2 que un motor de gasolina por su bajo consumo, los niveles de CO2 serían significativamente más altos.

NOx es la denominación común de los óxidos de nitrógeno, los óxidos gaseosos del nitrógeno (N). El exceso de NOx afecta a los pulmones y puede dañar las plantas. Los óxidos de nitrógeno se producen cuando se quema combustible a alta temperatura, pero también carbón, aceite, madera o residuos. Entre 1990 y 2017, las emisiones de NOx por carretera se redujeron en más de un 60%. De este modo, el transporte por carretera representó aproximadamente el 37,5% de las emisiones totales de NOx en la UE en 2017. BMW apuesta por la reducción de los óxidos de nitrógeno en un proceso de varias etapas que hoy en día se suele considerar extremadamente eficaz. Esto incluye, además de la reducción de emisiones en el motor y la reducción de los gases de escape, el tratamiento posterior de los gases de escape mediante una combinación de NSC (catalizador de almacenamiento de óxidos de nitrógeno = Nitrogen Oxide Storage Catalytic Converter) y el sistema SCR (Selective Catalytic Reduction). El catalizador SCR, en combinación con la temperatura de los gases de escape y la inyección AdBlue®, transforma los óxidos de nitrógeno tóxicos en los componentes de agua y nitrógeno, que no son tóxicos.
En el nuevo motor diésel de 6 cilindros de BMW se sustituye el potente sistema de postratamiento de gases de escape, compuesto hasta ahora por catalizador con acumulador de NOx, DPF y SCR en los bajos, por un sistema con un potencial de funcionamiento aún mayor. Para ello, se completa un sistema SCR cercano al motor (en DPF) con un sistema SCR en los bajos para cubrir un amplio rango de operaciones del motor con un volumen óptimo de NOx. Esta constituye también la base de las futuras normas de emisiones.

La norma de gases de escape de la UE establece los valores límite de emisiones en función del tipo de vehículo y del motor. Cada años los vehículos nuevos deben cumplir unos requisitos de emisiones más estrictos para su homologación. Ya sea un motor diésel o gasolina: en la actualidad, todos los vehículos nuevos de BMW Group cumplen la norma de gases de escape Euro 6. Encontrarás la clase medioambiental de homologación CE de tu vehículo en el permiso de circulación del vehículo (V9).

Con el fin de respetar los límites de contaminación de la UE en las ciudades muy contaminadas y mejorar la calidad del aire a largo plazo, en algunas grandes ciudades europeas existen zonas de protección medioambiental y de bajas emisiones restringidas al tráfico. Según el país, únicamente se podrá circular por estas zonas en determinadas condiciones, exhibiendo, por ejemplo, un distintivo ambiental especial o mediante el cumplimiento de determinadas clases ambientales. Diésel o gasolina: en la actualidad, todos los vehículos nuevos de BMW Group cumplen la norma de gases de escape Euro 6 y están homologados para la mayoría de las zonas medioambientales europeas.

El distintivo ambiental informa acerca de la clase ambiental de un vehículo en la UE. Se necesita en algunas grandes ciudades europeas, como Berlín, para poder viajar a zonas medioambientales de bajas emisiones. Actualmente, los vehículos, en función de su nivel de emisiones contaminantes, obtienen un distintivo rojo, un distintivo amarillo, uno verde o ninguno. Actualmente, los nuevos vehículos de BMW Group cumplen siempre la norma de gases de escape Euro 6 y, de este modo, obtienen el distintivo ambiental cuando se matriculan. Con tu nuevo BMW podrás circular por la mayoría de las zonas medioambientales de Europa.

La abreviatura WLTP significa «Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure».
e trata de un nuevo procedimiento de prueba legalmente obligatorio para todos los vehículos desde septiembre de 2018 que determina de forma más realista los niveles de consumo de combustible y emisiones de CO2 de un vehículo. El procedimiento WLTP sustituye al procedimiento NEDC válido hasta la fecha.
 

El consumo y las emisiones de un vehículo dependen, entre otras cosas, del estilo de conducción. Por ello, se han recopilado datos de conducción en todo el mundo para el procedimiento WLTP. A partir de estos datos se han definido cuatro fases representativas con diferentes velocidades medias: baja (low), media (medium), alta (high) y extraalta (extra high). En cada una de estas fases se acelera, se frena, se para, etc. de forma diferente para reflejar situaciones de conducción cercanas al día a día. La combinación de estas fases da lugar al ciclo de conducción, que se comunica como valor combinado en los datos del fabricante. Dado que los vehículos eléctricos e híbridos se emplean especialmente en ciudad, su ciclo de conducción incluye una quinta fase: la fase city. Se obtiene de las velocidades medias baja (low) y media (medium).

Con la introducción del procedimiento WLTP, los valores de consumo y CO2 indicados se aproximarán a los valores reales. Independientemente de ello, la consideración de los equipamientos opcionales individuales en el procedimiento de prueba WLTP contribuye, además, a valores más realistas, ya que se basan en la configuración personal de tu vehículo. Al mismo tiempo, unos valores más realistas también significan unos niveles más altos de consumo y emisiones de CO2 en vehículos con motor de combustión, así como una menor autonomía en vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Dependiendo de la legislación nacional, se pueden aplicar mayores impuestos al CO2.

La abreviatura del inglés RDE significa emisiones de conducción real, «Real Driving Emissions». Se trata de un nuevo procedimiento para determinar los contaminantes, como los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas finas (partículas). Lo decisivo es que la medición se realiza al circular por carretera en condiciones de conducción reales y no en un laboratorio. Para ello, se monta un sistema de medición de emisiones portátil (PEMS) en el sistema de escape del vehículo de prueba.

Euro 6 es la norma actual sobre emisiones de sustancias contaminantes. Establece valores máximos más bajos para las emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno de los vehículos que la Euro 5. Desde septiembre de 2018* es obligatoria la norma de gases de escape Euro 6c, que impone límites aún más bajos en el número de partículas en los vehículos de gasolina en comparación con la Euro 6b. Para los vehículos diésel, se aplican los mismos límites en el ciclo para la Euro 6b y la 6c. Con las normas de gases de escape Euro 6d-TEMP (desde septiembre de 2019*) y Euro 6d (a partir de enero de 2021*), los valores límite para el número de partículas y los óxidos de nitrógeno vuelven a disminuir ligeramente en función de las RDE.
*Válido para vehículos nuevos. Los nuevos tipos de vehículos están sujetos a las nuevas normas de emisiones con un año de antelación.

Para reducir aún más los niveles de gases de escape de un vehículo, los motores diésel se alimentan de amoniaco líquido, denominado AdBlue®. Gracias a la reducción selectiva catalítica (SCR) con AdBlue®, se reducen hasta el 90% de los óxidos de nitrógeno. Se dejan atrás vapor de agua, nitrógeno y CO2.

BMW utiliza la tecnología BluePerformance para reducir aún más las emisiones de óxidos de nitrógeno de sus vehículos. Gracias a esta tecnología, se puede optimizar aún más el nivel de emisiones del motor diésel. Todos los motores diésel de 4 cilindros de BMW disponen, además de los componentes de filtro de partículas diésel y el catalizador con acumulador de NOx, de un catalizador SCR (Selective Catalytic Reduction) con inyección de AdBlue® para una clara reducción de los óxidos de nitrógeno en los gases de escape. Con la introducción de la nueva generación de motores de 6 cilindros en el diésel a partir de 2020, el catalizador de almacenamiento próximo al motor será sustituido por un sistema SCR próximo al motor aún más potente. Así se mejora aún más el volumen de NOx, especialmente en ciudad. Además, un segundo catalizador SCR sirve como hasta ahora en los bajos, disponiendo de su propia dosis de AdBlue® en función del vehículo.

El filtro de partículas es una medida para reducir las partículas existentes, es decir, partículas finas, en los motores diésel y gasolina.

Dado que los vehículos eléctricos e híbridos se utilizan principalmente en la ciudad, WLTP prevé para ellos, además de las cuatro fases baja, media, alta y especialmente alta, una quinta fase adicional: la fase City. Esta combina las velocidades de las fases que mejor reflejan la situación de conducción en la ciudad: la baja y la media. De esta manera se pueden formular datos de autonomía más realistas.